EDITORIAL

Hay muchas maneras de mirar la realidad, y eso depende de la situación personal y de los intereses que representa quienes la observan. Sin embargo es posible creer todavia que existen los valores humanos que tienen que ver con la honestidad, la valentía y la moral de cada individuo en particular y cada grupo social en su conjunto. Solamente hay que pensar que mientras unos pocos individuos manejan el poder y las riquezas en el mundo, y nos ponemos a discutir cual es el mejor sistema de vida o de organización económica, hay miles de millones de pobres, de los cuales muchos mueren diariamente por falta de recursos, niños desnutridos que son víctimas inocentes de esta sociedad que se encuentran en situación irrecuperable, miles que mueren en acciones bélicas absurdas por el simple hecho de la avaricia de algunos y la irresponsabilidad de quienes los secundan. La inequidad, la falta de cultura, de educación, de salud, de alimentos, etc. causa estragos en la poblacion mundial, a lo que se suman los cambios climáticos debidos en muchos casos a la contaminación que el hombre produce con la depredación ambiental y la contaminación de la atmósfera. No es necesario dar cátedra de los problemas que existen y cuales son las causas, que por otra parte son archiconocidas. No es necesario proclamar a los cuatro vientos que vivimos rodeados de injusticias. Tampoco es necesario esclarecer acerca del desarrollo de los acontecimientos mundiales, cuyos protagonistas principales son los responsables de la primera potencia mundial, llamese quien se llame. Lo que si es necesario es pensar en la solución que podemos aportar y eso solamente se puede adquiriendo conciencia de que esta situación no puede durar eternamente y que algo debemos comenzar a hacer para dar un final a todo este complejo de poder que ha despojado al ser humano de su esencia subestimando su pertenencia.

Nuestro pais transita una etapa que aunque muchos estiman que sigue el rumbo trazado por sus antecesores, algo ha cambiado. Es cierto que la estructura socioeconómica persiste, que los ricos siguen teniendo sus privilegios y que muchas familias se encuentran en estado de emergencia social. Tambien es cierto que los valores éticos no se han logrado recuperar en nuestra clase política y que los intereses son tan poderosos que imposibilita ese gran cambio que se necesita. Nuestros hospitales están prácticamente desmantelados, nuestras escuelas adolecen de fallas de todo tipo, desde edilicias hasta de docentes que no dan abasto para sostener la enseñanza. Hoy persisten los grandes ghetos de gente con las necesidades básicas no satisfechas y desocupados que no tienen posibilidades de progresar. Muchos de los jóvenes han perdido las esperanzas de tener algún futuro, y nuestros niños no cuentan con la infraestructura adecuada de buena alimentación y control médico. Sin embargo se nota cierto avance en cuanto a la actitud de los actuales gobernantes de solucionar algunos de los problemas derivados de este sistema injusto y corrupto que se quiere mantener incolume ante los reclamos de la sociedad. El mundo debe cambiar, no hay dudas y va a cambiar. Pero para ello es necesario unirse en pos de una voluntad para ese cambio, ponernos de acuerdo en los principios basicos que hacen a la equidad universal y combatir el poder economico mundial con sus estructuras esclavistas de concentración de la riqueza que causa estragos en todas partes.

Debemos ser optimistas, porque sin optimismo no se puede iniciar ninguna transformación. Hay que tener fé en la lucha de los pueblos por un mundo mejor. Hay que tener esperanzas en el cambio y pelear desde todos los frentes para acabar con las injusticias, la pobreza y el analfabetismo, el hambre y la miseria de millones de seres humanos en el mundo. Pongamosnos en camino rumbo a una vida mejor que es el legado que podremos dejar a nuestros descendientes. Digamos un no rotundo a las guerras sean por cualquier motivo y tambien a quienes se erigen en todopoderosos que causan las muertes de miles y miles de seres humanos para defender sus intereses. Unámos a todas las fuerzas progresistas del mundo en un solo grito: Paz y Justicia. Basta de hambre, desnutrición infantil, inequidad. Basta de egemonías de unos pocos en desmedro de la gran mayoria de los habitantes. Basta de imperialismo y sometimiento a la esclavitud. Si a la vida digna.